Esta receta es
de origen árabe y muy típica en Andalucía. Es ideal como tapa, entrante o
acompañante de otros platos. Sin lugar a dudas, esta plato os va a encantar por
sus contrastes de sabores.
Ingredientes:
1 o más Berenjenas
Harina
Aceite de oliva virgen extra
Miel de caña
Sal
Cortamos la berenjena
en rodajas muy finas (para que no absorba tanto aceite a la hora de freír) y las colocamos sobre una rejilla y debajo yésta sobre una llanda para que se sequen bien y ensuciemos menos. Añadimos
un poco de sal por ambas caras y las dejamos al menos treinta minutos. De esta
forma, conseguimos que pierdan el exceso de agua y luego estén mucho más crujientes.
Para retirar el exceso de agua, colocamos unas servilletas encima de las berenjenas.
A continuación
las enharinamos. Os recomiendo usar un tamizador o un colador en su defecto
para que
no se formen grumos de harina.
Calentamos el
aceite de oliva a fuego medio alto. Introducimos las rodajas un minuto por cada
cara. Las sacamos y las dejamos sobre una servilleta para que absorba parte del
aceite de oliva. A continuación las pasamos a otro plato.
Para terminar, las acompañamos con miel de caña. Esta vez
he utilizado esta miel que compré en Egipto. Os recomiendo la miel de
caña de Frigiliana, Málaga “Nuestra Señora del Carmen” Es muy buena y podéis
encontrarla si sois de España en
herbolarios, dietéticas, Mercadona y EL
Corte Inglés entre otras. Si sois de otros países os diré que se exporta entre
otras a Asia, América, África etc.
Os animo a que
probéis esta receta si vais a Andalucía o la hagáis vosotros mismos. Seguro que
os gusta pues el contraste de salado y dulce es espectacular.
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