Qué buen postre como estos
traigo hoy, arroz con leche, todo un clásico que siempre gusta a todos y si es
muy cremoso para que seguir hablando. Os enseño otra forma de hacerlo que
requiere, entre otras, paciencia .
Además, lleva un chorreoncito de anís y como opción una capa de azúcar
crujiente tostada (última foto).
125 g de arroz
redondo
125 g de azúcar
1 litro de leche
entera (fresca mucho mejor)
100 ml de agua
25 g de
mantequilla sin sal
Una ramita de
canela
Un poco de
canela en polvo
Un trozo de piel
de limón
Medio vasito de
anís
Soplete de
cocina
Calentamos el
agua y la leche en cazos distintos, el cazo grande para el agua, ya que ahí es
donde mezclaremos todo luego. Cuando el agua empieza a hervir incorporamos el
arroz.
En un par de
minutos añadimos la leche caliente, la canela, la piel de limón y la
mantequilla. Durante dos horas a fuego medio-bajo removemos continuamente.
Pasadas las dos
horas, la leche ha reducido y el arroz ha absorbido mucho, la foto no hace
justicia de la cremosidad que tiene la mezcla. Apartamos del fuego y retiramos
la canela y la corteza de limón. 20 minutos antes de retirarlo del fuego añadimos el azúcar con el fin de que ésta no se pegue al arroz.
En Asturias es
típico darle un toque de anís, no más de una cucharada, de modo que la
agregamos al arroz y removemos durante un minuto. En un plato ponemos azúcar y
un poco de canela en polvo y mezclamos.
Con ayuda del
soplete, quemamos el azúcar hasta que cristalice. Otra opción es hornearlo con
la opción de gratinar a máxima potencia unos minutos. Al comerlo se
quiebra y tiene este aspecto.
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